Historia detrás de la pieza
En épocas preincas, y aún ahora en tiempos modernos, la unkuña ceremonial, muchas veces denominada mesa, se considera una manta de carácter sagrado que participa exclusivamente en los servicios de sanación, y rituales de transformación, tanto como en altares destinados a las ceremonias de ofrenda a la tierra en honor a la Pachamama o a los Apus, entidades de suma importancia para la cosmovisión andina.
La mesa, a su vez, ya formada como un pequeño fardo sacro, suele albergar poderosos maestros conocidos como khuyas. Estas khuyas pueden verse representadas en forma de piedras o cristales provenientes de lugares sagrados, como templos ancestrales o montañas y lagunas. Estos maestros naturales trabajan de manera cercana a su portador como aliados y guías, representando la conexión entre uno y esos espacios sagrados, o más precisamente, los espíritus que habitan esos lugares, sirviendo de ayuda a la hora de transmutar y transformar, de sanar y también de bendecir. De esta manera, la unkuña ceremonial, representa el universo personal. Al abrirla uno abre su universo en un acto puramente propio.
Un factor especial en la elaboración de este tejido sagrado es la torsión con la que fueron hechos sus hilos, ya que para producir una manta mesa es necesario torcer intencionalmente hacia la izquierda las hebras con las que luego se tejerá el paño, acción considerablemente más difícil que la forma regular hacia la derecha. Según las creencias altoandinas, a los hilos torcidos de esta forma se les atribuye la facultad de proteger a quien lo porta.
Ésta intrincada manta, cuyo proceso de elaboración es particularmente distinto al que cualquier otra comunidad altoandina desarrolle, no se apoya en una técnica especial para crear su iconografía, sino que por el contrario genera secciones de tejido llano en color sólido para luego poder bordar encima un notable patrón de diseño.
Otra sección tan importante como distintiva para la tejeduría de Santa Cruz de Sallac es la del watay. Ésta técnica de teñido también llamada ikat, reserva espacios anudados y expone otros al tinte, coloreando así patrones directamente sobre los hilos que ocupan los extremos del tejido para dibujar finalmente una chakana (cruz andina). El color, tiene un significado especial más allá de su belleza, ya que las combinaciones no se usan al acaso, sino que respetan esquemas capaces de señalar el espacio geográfico al que pertenece el tejido. Ésta en particular, es una pieza elaborada con lana de oveja, ejemplar considerado una expresión de arte etnográfico1.
A diferencia de muchos tejidos hechos a mano que actualmente se desarrollan en grandes telares de pedal fabricados en madera provenientes de la época de la colonización, esta pieza tradicional fue hecha en un sencillo telar de cintura; instrumento usado hace ya más de 5000 años por los antiguos pobladores de los Andes.
Para su creación se empleó aproximadamente un mes y medio, sólo en lo que respecta al urdido y el tejido cuidadosamente hecho a mano. Vale mencionar que este tiempo no incluye los procesos previos por los que pasan sus fibras: desde el trasquilado del animal, la limpieza de impurezas, el desenredado del vellón, la clasificación de color, la primera torción de las fibras para la obtención del hilo preliminar, el madejado, el teñido con plantas hasta el torcido final, procesos que también son realizados artesanalmente.
Esta pieza conserva las características de forma, color, decorado y tamaño típicas de las unkuñas ceremoniales provenientes de la comunidad de Santa Cruz de Sallac. Su tejido multicolor que va del borgoña al negro, pasando por los toques de naranja, menta y fresa (teñidos con pigmentos silvestres) dedica sus iconografías principalmente a los campos de rosas iluminados por estrellas.
Origen: Santa Cruz de Sallac, Cusco
Medidas: 72 cm x 60 cm
Estado de conservación: Excelente
SKU: 0484
Medidas: 72 cm x 60 cm
Estado de conservación: Excelente
SKU: 0484
USD
$ 780.00
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1Se considera Arte Etnográfico a aquella producción elaborada por el integrante de una etnia, realizada exclusivamente para uso personal o comunal, y que necesariamente porta una carga cultural propia del pueblo al que pertenece.