Historia detrás de la pieza
Máscaras pre-hispánicas se han encontrado no sólo en excavaciones arqueológicas, sino también en representaciones plasmadas en cerámicas y en tejidos de culturas como Mochica, Chimú y Paracas. En las pinturas rupestres de Sumbay en Arequipa se han recogido las referencias más antiguas sobre el uso de ellas en el Perú, y es sabido que los cazadores de vicuñas del período precerámico, alrededor del 2000 A.N.E., habrían realizado esta actividad enmascarados para discretamente acercarse a su presa. Se hace evidente entonces, que la máscara forma parte del patrimonio cultural del hombre y que éste, no se ha desprendido de ella desde hace miles de años.
En los Andes, su manifestación no constituye una práctica exótica, pintoresca, ni mucho menos arcaica; por el contrario, refleja una forma sensata de contextualizar referentes históricos y sociales, para poder luego integrarlos a la realidad actual de las poblaciones. Es por ello que su importancia reside principalmente en su capacidad no sólo de construir, sino también de afirmar la identidad cultural de una comunidad. Ya en décadas más recientes, estudios sobre las máscaras han empezado también a poner énfasis en el aspecto más dinámico de esta expresión tradicional, resaltando su relevancia como mediador para que grupos específicos se expresen y encuentren un espacio de diálogo y participación dentro de contextos mayores.
Respecto a los usos de la máscara, el más representativo sería sin lugar a dudas, aquel vinculado a un ritual: la danza. En Paucartambo, Cusco, lugar de dónde es originaria esta pieza, entre los días 15 y 19 de Julio de cada año se celebra una mezcla de tradición oral, danzas y comparsas que constituyen el contexto ritual, mítico y social en el que cientos de personas enmascaradas interactúan durante los 5 días en los que se lleva a cabo el culto a la Virgen del Carmen, uno de los eventos folclóricos más importantes y notables del Perú.
Si bien la Virgen del Carmen es una figura de procedencia española, cuando la población indígena, que constituía la mayoría, habría en sus inicios introducido danzas y costumbres autóctonas a la festividad de la patrona del pueblo, se generó un vuelco tal, que terminó por apoderarse del culto en sí. La vistosidad de los trajes y máscaras junto a la música, la complejidad de las coreografías y a la organización y disciplina de los danzantes y sus comparsas, pueden considerarse como las causas y los medios a través de los cuales la historia e identidad de Paucartambo se explican y construyen. Ésta máscara, en particular, es una pieza que conserva las características tradicionales de forma, color, decorado y tamaño típicas de las máscaras atribuidas a la comparsa de los Qhapaq Negros, ejemplar además considerado una expresión de arte etnográfico1.
La violencia durante la guerra por la conquista del Nuevo Mundo, los trabajos forzados en las minas, las enfermedades llegadas con la ocupación hispana y la feroz opresión a que fueron sometidos los pueblos originarios durante el Virreinato del Perú determinó una violenta disminución de la población nativa. Décadas después de la conquista, los censos arrojaban una visión horrenda del genocidio. Para los conquistadores esto se traducía en falta de mano de obra para continuar enriqueciendo a la Corona. Fue entonces necesario traer esclavos desde tierras africanas hacia América, los cuales se situaron inicialmente en la costa del territorio peruano para luego llegar a la región de Paucartambo. Es así que éste personaje rememora a los antiguos esclavos negros en tiempos de la Colonia, y parte de la República, cuyas vidas en los obrajes y minas de oro y plata fueron muy sufridas, y cuyas penas fueron depositadas a los pies de la Virgen.
Es sabido que los pueblos andinos usaron la danza como una forma de mantener la memoria y transmitir la historia de generación en generación, razón por la que probablemente, las múltiples danzas que representan a los negros y a la esclavitud tienen su origen no sólo en la observación de las poblaciones subordinadas ante este horrendo pasaje de la historia, sino también en su voluntad de no olvidarlo. En los cantos que la comparsa de Qhapaq Negros interpreta durante los días que dura la celebración se hace referencia entonces a dos temas principales: el sufrimiento como esclavos y la devoción por la Virgen del Carmen.
Sobre la confección de máscaras, ésta está estrechamente ligada al arte de la imaginería y en Paucartambo hay numerosos talleres de artesanos dedicados a hacer máscaras en diferentes técnicas y materiales. Para la creación de este ejemplar se usó la técnica del modelado en fibra de vidrio, método que se logra elaborando una máscara original de arcilla que servirá de molde y sobre la que se posarán las fibras en capas para formar la replica. Luego, terminado el proceso de modelado, se le da al resultado el color de fondo y posteriormente, se pintarán encima los detalles del rostro y se añadirán alguno que otro elemento decorativo adicional, de ser necesario.
Esta máscara concreta, junto a casi una veintena de otros ejemplares, juega dentro del conjunto de elementos que componen la fiesta de la Virgen del Carmen, el acento más alto y poderoso. Sin ellas, la fiesta es sólo un jolgorio. Con las máscaras la festividad ingresa por un sendero, más allá de la realidad, cerca de viejas presencias que conceden a la fiesta su inolvidable carácter trascendente.
Origen: Paucartambo, Cusco
Medidas: 23 cm x 17 cm x 16,5 cm
Estado de conservación: Excelente
SKU: 0403-45
Medidas: 23 cm x 17 cm x 16,5 cm
Estado de conservación: Excelente
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$ 248.00
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1Se considera Arte Etnográfico a aquella producción elaborada por el integrante de una etnia, realizada exclusivamente para uso personal o comunal, y que necesariamente porta una carga cultural propia del pueblo al que pertenece.