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BOTELLA SILBADORA 
“LORO”





Historia detrás de la pieza




La arqueología y la etnohistoria demuestran que los antiguos pobladores del Perú fueron muy musicales. De hecho, nuestros antepasados elaboraron una gran cantidad de instrumentos ceremoniales, entre los que destacan aquellos dedicados a la música, muchos de los cuales perecieron a lo largo de la historia. Sin embargo, el esmerado esfuerzo de estudiosos y de entidades museísticas que con empeño llevaron a cabo trabajos de restauración y estudio han hecho posible que a nuestros días un gran número de piezas se conozcan a cabalidad -en estética y funcionamiento- no sólo para el deleite sonoro de quien las escucha, sino para la mayor comprensión del mundo músical que se ha gestado durante milenios en nuestro territorio.

Es el caso de las botellas silbadoras o también denominadas vasos silbato, piezas cerámicas usadas desde tiempos prehispánicos. A pesar que la información iconográfica, histórica y arqueológica que permite interpretarlas es escasa, los estudios en torno a ellas insinúan un uso funerario en todas las culturas en las que estuvieron presentes.

Debido a las fuertes experiencias psicoacústicas que puede producir un determinado uso de estas botellas, se les ha vinculado con el mundo chamánico, estableciendo así una relación entre estos cerámicos, la muerte y los estados de conciencia, lo que podría explicar, en parte, su importancia en muchas de las grandes culturas andinas. Este escenario no es de extrañar, ya que todos los ejemplares conocidos han formado parte de ofrendas funerarias, y es justamente la falta de huellas de uso, lo que permite postular su utilización como objeto exclusivo, hecho quizá sólo para el ritual funerario, y no para necesidades domésticas o recurrentes.



La pieza que aquí se muestra, realizada como reproducción por el ceramista y musicólogo cusqueño José Vitancio Umeres como parte de su estudio sobre artefactos musicales precolombinos, pertenece a la cultura Mochica (100 A.N.E. - 700 N.E.), civilización que se desarrolló al sur oeste de la actual provincia de Trujillo. Sus formas basadas en las de un loro fueron esculpidas a mano, siendo quizás lo más típico su carácter escultórico. La decoración pintada emplea los colores típicos de la cerámica Moche: el rojo indio y el crema, aunque en ciertos ejemplares puede encontrarse el pardo, que varía alrededor del ocre rojo y el siena tostado. Cabe resaltar que excepcionalmente aparece un tercer color, el naranja. Otros rasgos constantes son la base plana y el gollete tubular en arco, llamado “gollete estribo” por su forma. Entre las formas sobresalen las representaciones antropomorfas, las de animales y animales antropomorfizados.

Para hacerla sonar, es preciso contar con una técnica apropiada de tañido. Dependiendo de ésta, los resultados sonoros pueden ser muy diferentes. El único modo de conocer la técnica adecuada y, por lo tanto, el sonido que corresponde al instrumento en su medio cultural, es recrear su uso mediante la experimentación.



Si bien existen varias formas de hacer sonar este tipo de instrumento, es el movimiento de vaivén con agua, la técnica que más saca partido a sus posibilidades musicales. En este tipo de botellas de doble cuerpo, silbato y recipiente, se influyen recíprocamente en la producción del sonido. Es así que al llenar la botella con agua, el silbato (de unos 2 o 3 cm de diámetro) alojado en el interior de una de las esferas, se pone en funcionamiento cuando al inclinar el recipiente, el líquido empuja el aire contenido en una de las reservas, el cual escapa por el aeroducto, haciendo soplar el silbato y produciendo así el sonido. Cabe resaltar que al estar separadas ambas botellas, es la elongación del conducto que las une lo que determina la duración del sonido, ya que ésta está sujeta al tiempo que dure el flujo de aire.

La dinámica sonora depende, por una parte, de la acústica y la hidráulica implícita en el recipiente y, por otra, del movimiento que se le imprime. La cantidad del agua y su recorrido en el interior, configuran sonidos que varían desde un gorgojo (glo, glo, glo) hasta un largo y preciso dibujo melódico. Es difícil referirse a estos sonidos en los términos musicales que se manejan en occidente, porque se remiten a cualidades tales como “gorgojeos”, “burbujeos”, “respiraciones” y una serie de alteraciones del sonido. La resultante es una melodía básica en forma de arco, que sube para luego bajar, y que se produce, básicamente, por variación del tono fundamental.



Origen: Cultura Mochica
Medidas: 22,3 cm largo x 14,6 cm alto x 8,4 cm ancho
Peso: 0,860 kg
SKU: 0234-12


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$ 320.00